Muchas veces Joan Sotillos trae tesoros que encuentra de aquí de allá. Si a esto le añadimos la búsqueda en las tiendas chinas del botón barato que hace Deli, de repente, me encuentro provista de botones para una larga temporada.
Los botones, igual se convierten en los ojos de un animal, que en el cierre de una funda, que en el adorno de un anillo cómo si de un zafiro se tratara...en fin polivalencia al poder.
Deli me explicaba, que hace años, en un abrigo era más caro ponerle los botones que la propia tela. Y me lo creo¡¡¡
Entre el puñado de botones pertenecientes a sabe qué y quien...algunos, aparecieron cómo verdaderas joyas y para muestra un botón...nunca mejor dicho.
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